miércoles, 16 de julio de 2008

Partiendo plaza, el H. Alcalde de Guamúchil, Sinaloa, Jorge Casal González.

Los últimos días han sacudido violentamente al país y, entre otras cosas, nos han hecho patente a los habitantes del Valle de Anáhuac ---¡una vez más!--- , que somos rehenes no sólo de algunas de las esferas más profesionalizadas a nivel mundial del crimen organizado y sus casi ubicuas chorreras, que se resuelven lo mismo en el "amigable" asaltante de la colonia Tlaxpana (que se conforma con 50 varos en promedio, sin importar cuanto traigas), que en las célebres cortinitas de las loncherías del rumbo de La Merced y en las que es posible obtener los álgidos favores de una sexoservidora, menor de edad, por poco más de trescientos pesos ---melindrosos y agorafóbicos, abstenerse---; sino también de aquellos que, de acuerdo con la primera fracción del artículo tercero de la Ley Orgánica de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, les corresponde
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Realizar en el ámbito territorial y material del Distrito Federal, las acciones dirigidas a salvaguardar la integridad y patrimonio de las personas, prevenir la comisión de delitos e infracciones a las disposiciones gubernativas y de policía, así como a preservar las libertades, el orden y la paz públicos;
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El botón que basta para muestra de lo anterior, naturalmente, se llama News Divine. Y no, no tema(n) apreciable(s) lector(es): no me regodearé escribiendo nada acerca de este asunto ---la blogósfera ya está saturada con todos los puntos de vista imaginables al respecto y la dimensión trágica que conlleva la muerte inútil de 12 personas debería hablar por sí misma---. Únicamente mencionaré dos cosas y de ahí, que cada quien se maltrate solo: por un lado, el reporte especial que la Comisión de Derechos Humanos del DF realizara sobre este caso y que evidenció que la salida menos indecorosa que le quedaba al carnal Marcelo consistía en defenestrar a Joel Ortega y Rodofo Félix Cárdenas por la forma ruin en que tergiversaron la información y obstaculizaron las pesquisas de la CDHDF, puede descargarse desde:

http://directorio.cdhdf.org.mx/informes/informe_news_divine.pdf

Y por otro, a la luz de estos acontecimientos es que uno comprende ---aunque no comparte---, las declaraciones del ínclito personaje que hoy nos sirve de pórtico: el Alcalde de Salvador Alvarado (aka Guamúchil), Sinaloa, J. Casal González, quien, al ser cuestionado sobre la ola sanguinaria de ejecuciones que dejó ocho personas asesinadas en su localidad durante un solo fin de semana, musitó arrebatado por el fervor regional:

"La balanza en Sinaloa, está mucho más a favor de lo bueno que de lo malo; que me disculpen pero en el DF está perdida la sociedad... como es más grande, puede haber más homicidios, más muerte, más robos”.
¡Claro! Si suprimimos la enumeración que sigue a los puntos suspensivos, tendríamos una mejor apreciación de lo que social e individualmente significa ser rehén de la Ciudad de México.

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