martes, 11 de diciembre de 2007

Miscelánea con pilón: de sir Paul McCartney al amigo E. Clapton.

1. Caras vemos, escalas de valores no sabemos.
Mi primer contacto con el mundo esta mañana fue escuchar los comentarios a propósito del concierto de Led Zeppelin en Londres; sin embargo, en esta nota no figuran para nada los ingleses de dicha agrupación, ni sus obras o su impacto en la cultura básica del hombre occidental.
Debo iniciar, empero, señalando a uno de los asistentes a este evento como arquetipo de un fenómeno con el que nos hemos topado la Chata y yo en los últimos días: sir Paul McCartney. Así, sin más ni más, se funden en tres palabras el arquetipo y el fenómeno (aunque ¡claro!, para algunos no será del todo claro cual es cuál) y con aquello no quiero decir que el ex-Beatle ronde últimamente las inmediaciones de la Viaducto-Piedad para degustar los tacos de pastor (¿inglés, alemán?) de "El Tlaquepaque", sino que podríamos sustituir al sr. McCartney por Mick Jagger o Eric Clapton en el contexto exacto de lo que a continuación quiero escribir.
En ciertos círculos es un hecho conocido cómo sir Paul se indignó hasta el paroxismo al llegar a sus manos un estudio con fotografías "eróticas" que su segunda esposa, Heather Mills, hizo en cierta etapa de su vida. La indignación del bajista alcanzó límites rayanos con lo absurdo y, como ocurre generalmente en estos casos, la más afectada fue la hija de ambos, Beatrice (pero no la única: miles de fanáticos vieron peligrar la gira del músico por los EEUU), mientras que los únicos beneficiados fueron los tabloides ---que abundan en el Reino Unido---, los cuales cabecearon 'Can't buy me divorce', en divertida alusión a una de las rolas que escribiera sir Paul para los cuatro fantásticos, haciendo su agosto con la rebatiña de la atención pública que cada uno de los involucrados quería echar sobre sí.

¿Se olvidó ya sir Paul que estuvo en la cárcel 9 días, por posesión de mariguana, durante la gira que en 1980 llevara a los Wings a Japón? En aquella ocasión McCartney se quedó a milímetros de ser juzgado por narcotráfico y pasar la friolera de siete años picando piedra en la tierra del sol naciente. ¿Un incidente aislado en el que sir Paul fue víctima de algún cábula oriental? ¡En lo absoluto! En una entrevista que diera sir Paul en 2004 ---citada en la columna del 23.01.2006 del thisislondon.co.uk---, éste confesó que las drogas habían moldeado mucha música de los Beatles (no shit, Sherlock) incluyendo "Got to get you into my life" y "Day Tripper" las que en realidad versaban sobre la mariguana y el LSD, respectivamente.
Lo que de veras da en el blanco es la declaración de sir Paul reconociendo haber probado la cocaína y la heroína cuando los Beatles se encontraban en el pináculo de su carrera.

¿Son estos los notables elegidos por la Reina por sus contribuciones al legado de la pérfida Albión sobre la Tierra?
2. El inmaculado sr. Clapton
Probablemente a estas alturas de la nota alguien se preguntará ¿qué tiene que ver Eric Clapton en todo esto?

Es de todos sabido que "Manolenta" le bajó la mujer al amigo (Pattie Boyd era mujer de George Harrison), que el rechazo de ésta sumió a Clapton en una relación de muchos años con la heroína (él mismo se lo cuenta al amanuense encargado de su biografía) y lo llevó a aceptar como 'premio de consolación' a su hermana Paula Boyd; aunque sólo fue por un tiempo: Eric y Pattie terminaron himeneándose a mediados de los setenta. Por otro lado, la relación de Clapton con las drogas pesadas fue más duradera y fructífera: "Layla" y "Bell Bottom Blues" son los mejores ejemplos de ello.

(A este respecto, las relaciones sostenidas por la Boyd no han sido muy fructíferas que digamos, toda vez que ella es estéril ¿se imaginan un dúo integrado por los junior, Eric Clapton y George Harrison, ambos hijos de la Pattie?)

Lo que no es muy sabido es que el divorcio entre Eric y Pattie en 1989, ocurrió por la infidelidad de aquél con la modelicious italiana Lori del Santo. Para no dejar ningún cabo suelto, ésta es la madre de Conor Clapton, quien al hacerse caca contra el pavimento ---el niño de tan sólo cinco años de edad se cayó desde el piso 53--- le dio un buen pretexto a su padre para reactivar su carrera musical al escribir "Tears in Heaven".

Aquel que ha llegado hasta aquí tendrá más o menos una idea de cómo ha llevado su vida el sr. Clapton. Para redondear los contornos, bástenos con citar los grafitos aparecidos primero en Londres y luego en otras partes del mundo con respecto a los méritos técnicos y la sensibilidad bluesera de éste con una guitarra: "Clapton es Dios".
¿Y dónde entra sir Paul en esta otra historia?
Sencillamente en que ambos parecen haber perdido la memoria: el fin de semana pasado, canal once transmitió dentro de un ciclo que revisa las vidas de algunos de los exponentes más destacados en la historia del rock, un documental sobre la vida de Eric Clapton en el que, salvo el dramático fin de la vida de Conor, nada de lo hasta aquí descrito fue mencionado. Esto contrastaba drásticamente con el episodio anterior de la serie, en el que se habían comentado los aspectos más escabrosos de la vida artística de los Rolling Stones y cómo repercutieron aquellos en la obra de estos (en particular, el aborto que sufrió Marianne Faithfull, pareja de Mick Jagger durante los sesenta y el episodio en que Keith Richards le dio baje con la chava, Anita, al finado Brian Jones). Más aún, "Manolenta" declaró en la transmisión que nunca había utilizado drogas intravenosas ---¿se tomaría la heroína a cucharadas?---; de modo que lo que les quedó a algunos (mi esposa, por ejemplo, no estaba muy familiarizada con los aspectos generales de la vida del otrora guitarrista de Cream) fue la impresión de un hombre huraño cuya única vocación era perfeccionar su estilo, imitando las (pocas) grabaciones conocidas del rey del blues, Robert Johnson.
(Por cierto, la versión de 14 de los clásicos del delta del Mississippi que hiciera Clapton para "Me and Mr. Johnson" (2004) es poco más que una mierda: hay que aferrarse desesperadamente a la crudeza y naturalidad de las primitivamente producidas originales).
Al parecer el sr. Clapton ha decidido no sólo conformarse con ser Dios, sino que aspira a ser considerado por la posteridad como impoluto y libre de toda mácula. Lo más dramático es que, quizás, él lo cree.
3. El pilón.
Cuando Mick Jagger aceptó ser MBE (miembro del imperio británico por sus siglas en inglés) en 2003, se le preguntó cómo era posible que él, alguna vez representante de la más radical inconformidad y la contracultura, hubiera sucumbido finalmente a los encantos del establishment. ---El establishment que imperaba en Inglaterra en aquellos años ya no existe--- contestó. ¿Qué tal?

sábado, 1 de diciembre de 2007

El Pa'palote de Papel de Estaño (o la reunión de Led Zeppelin vista desde México).

1.
Desde una de las sillitas de el Palacio de Hierro (y que conste que nada tiene ver con la tienda departamental) en Orizaba, Vergacruz, MX; reporta para ustedes il capo di tutti le capi, Juan Enrique Bonzo, ejecutante al tepo, maracas y redoba de las composiciones de El Pa'palote de Papel de Estaño, colectivo musical veracruzano, originario de West Bronwich, Staffordshire, Catemaco; que estuvo integrado por el Príncipe Valiente en el tololoche, Santiago Página en la lira y Bobby Gardenias en los alaridos.

Nos iniciamos a finales de 1968 cuando el Santiago Página se encontraba buscando nuevos adictos ---perdón, nuevos adeptos para su siguiente proyecto musical. Hasta este glorioso año en que las conciencias comenzaron a despertar en el mundo entero y los chavos estuvieron dispuestos a canjear mentadas de madre por balas y macanazos, el Página había sido primero tololoche y después requinto de la banda de los Pájaros Reclutas ¡ah pa'pinche nombrecito! Sin embargo, a pesar de que nadie daba un quinto por su apelativo, estos güeyes se distinguieron durante su fugaz carrera por aquilatar un rock con raíces profundamente fincadas en el blues del Mississippi, como nadie por los rumbos de Yanga lo había conseguido. Además, estos cabecillas pudieron anotar a su favor que grandes figuras del blues como Sonny Boy Williamson, acudieron hasta estas latitudes para probar la minilla de anguila, el jarochito y echarse un palomazo con los Reclutas en las inmediaciones de Tierra Blanca. La influencia del blues sería una impronta indeleble en el Santiago, al igual que el son jarocho, la marimba y las coplas de los jaraneros.

Posteriormente ese año, al quedarse sin banda durante una serie de bailes por el delta de Alvarado, Xalapa y Tuxpan. Página tuvo que armar de volon-pin-pón un nuevo numerito para presentarse en las fechas que ya estaban vendidas y cosechar algo más que mentadas, las cuales ---dicho sea de paso--- vuelan en ese lugar ligeras como el canto de un ruiseñor. Acosado por una banda de cañeros de Motzorongo que pedían se les devolvieran las entradas, Santiago echó mano de sus brócolis y nos alineó para sacarlo de la rebimbiramba que se le venía encima. Sin mucho pensarlo nos bautizamos como los Nuevos Pájaros Reclutas ---¡qué güeva mental!--- y como pudimos, les llevamos nuestro arte a los petroleros en el norte del estado.

2.
Roberto Antonio de Padua (Bobby pa' pronto) Gardenias, había nacido a orillas de la laguna de Catemaco el 20 de agosto de 1948 y desde chiquillo se interesó por los tegogolos en pico de gallo, los topotes fritos y el canto. A los trece años se vino a la Pluviosilla para cantar, entre rifas de pollos rostizados y la ruidosa convivencia de los clientes del célebre bar "El Carioca", rolas de su tocayo Bobby Parker, Willie Dixon, el Piporro y demás reliquias del blues más añejo. Su voz poderosa y amplio registro vocal, pronto dejaron de manifiesto que el Gardenias estaba predestinado para las cimas más altas de la música jarocha. Por eso, cuando el Página se dio el roll por acá buscando quién lo sacara de su apuro y le ofreció la oportunidad de pegar de aullidos al frente de los Nuevos Pájaros Reclutas, el Gardenias, sin que mediara la intervención de Gonzalo Aguirre o algún otro brujo de la laguna, no lo pensó dos veces y aceptó.

Naturalmente las aspiraciones del Santiago, Bobby, el Príncipe Valiente y su insegoro servidur, no podrían materializarse con nombre tan pitero como el de los Nuevos Reclutas. Necesitábamos un nombre de guerra, el acero aprestad y el bridón y no más no la pegábamos. Fue cuando a uno de nuestros carnieles más entrañables, Kit "el auto increíble" Moon, baterista de los Quien de Tezonapa, se le ocurrió un nombre genial mientras entre broma y broma, navegaba con bandera de pendejo:

---Ese proyecto no va bien ---le dijo al Santiago desde su solio detrás de los tambores una tarde de ensayo y de caguamas. ---Si siguen como van, su carrera va a volar tan lejos como un Pa'palote (al chile no se claven) de Papel de Estaño.

Así fue. Algo más sagrado que un burrito de la Divina Providencia y Srila Prabhupada capeada en huevo nos había dado lo que estábamos buscando, y a partir de esa tarde comenzamos a llamarnos el Pa'palote de Papel de Estaño. Tanto nos gustó el nombrecito con que nos bautizó el Kit que cuando apareció nuestro primer acetato ---ni Julio Verne había soñado con los CD's---, decidimos de manera unánime llamar al chamaco por nuestras señas. Pa'palote de Papel de Estaño I apareció el 12 de enero de 1969 y estuvo marcado por el hecho de que en su grabación no se invirtieron más de 30 horas de estudio y casi no hubo ensayos: si íbamos a ser geniales, mamonearíamos con ello desde el principio.

A partir de ese momento, toda la energía y originalidad de la música de la cuenca del Papaloapan conquistó al mundo entero. Nuestro siguiente plato, Pa'palote de Papel de Estaño II ---¿pa'qué devanarse las mientes con títulos si lo que importaba era el contenido?--- desbancó del número 1 de las listas al Camino de la Abadía de los Bicles, banda arquetípica del Puerto y con quien los periodistas miopendejos insistían siempre en compararnos. En este material del 22 de octubre de 1969 vienen rolonones como Un Chorro de Amor y Rompecorazones. Para este momento, nuestras presentaciones comenzaban a convocar a la raza en serio e hicimos una gira por Chilapa, Maravatío, Zapopan y Culiacán, en la que la mayoría de las presentaciones abarcaron más de tres horas de chou.

El siguiente chamaco fue llamado Pa´palote de Papel de Estaño III y la neta, a la Crítica no le gustó. A pesar de que contenía rolas como Canción del Inmigrante ---en reconocimiento a la realidad de los mojados que hasta el día de hoy engrosan las filas de mano de obra barata en los Estamos Hundidos--- y Desde que te he estado (m)amando. Para estas alturas de la liguilla, el Santiago no resultó muy receptivo a los comentarios y al más puro estilo de la Janis Fragosoplin dijo "¡a la burguer todos!", por ello nuestro siguiente trabajo ---comúnmente conocido como Pa'palote de Papel de Estaño IV o ZOSO por una de las runas esotéricas que venían en el lomo--- no tenía, en su versión original, un solo elemento que permitiera la identificación del grupo; empero el disco pegó con tubo, qué digo con tubo ¡con varilla de 1 1/2 pulgada! Hasta la fecha es nuestra producción más vendida con cerca de 23 millones de copias certificadas (más descargas de internet y versiones piratas en el metro de la Cd. de México) y ocupa el cuarto lugar de los acetatoides más vendidos de todos los tiempos.

Sin más, es el disco en el que viene Escalera al Cielo.

3.
Posteriormente editamos Casas del Santo, el Enmascarado de Plata (el 28 de marzo de 1973, aunque el subtítulo no pudo colarse en la versión final); así como Grafiti Físico (el 24 de febrero de 1975). El primer LP fue polémico a causa de su portada: mostraba a unos escuincles encueraditos, saliendo de unos agujeros y escalando una especie de cuesta empedrada en las inmediaciones de Coatzacoalcos ¿cómo no va uno a ponerse el traje de Adán con semejante bochorno! Nuevamente se repetía el caso en que los críticos y el público en general ponían más atención a la forma que al contenido y el disco se prohibió en algunas partes de Uruapan, lo mismo que en Europa. Independientemente de esto, el plato tenía unas rolas muy buenas; verbi gratia: La Canción es la Misma, Jamaica (o el Cuchichí), la Canción de la Lluvia y Sin Dirección. Todas estas composiciones reflejaban una mayor madurez artrítica ---perdón, artística--- e influencias que se alejaban del blues de los primeros años y se encaminaban hacia un sonido más ecléctico, más audaz y con mucha cohesión: el Pa'palote de Papel de Estaño siempre fue considerada una banda de discos completos más que de sencillos y prueba de ello es que siempre grabamos lo que se nos hinchó la amígdala; en particular, la mayoría de nuestras composiciones rebasaban tranquilamente los tres minutos de rigor y, en ocasiones, las versiones en vivo podían prolongarse más allá de los veinticinco.

La tortilla que editamos en el 75 (de hecho era una tortilla doble) es considerada por muchos como la mejor de la bandera: después del ZOSO es nuestro álbum más vendido con 15 millones de copias, y amalgama temas que habían sido descartados de ostros discos con material nuevo: Casimir, En la Hora de mi Muerte, Casas del Santo, el Carvernario, Blue Demon & el Bulldog; así como Pisoteado, contrastaron la propuesta del disco anterior con los ritmos blueseros que habíamos tocado en los orígenes. La crítica fue benévola, las gruppies complacientes y las presentaciones apoteósicas y multitudinarias. Uno fácilmente podía preguntarse ¿qué puede salir mal?

4.

Sin embargo, algo salió mal. De hecho, fue el principio del fin para el Pa'palote. El mismo año en que Grafiti Físico sonaba desde Radio Éxitos hasta La Estación del Barrilito, el Bobby Gardenias sufrió de fiebre carbonosa ---i.e., un fuerte cabronazo---, en las Cumbres de Maltrata que lo Maltrató bastante a él y a su chava Maurín. Tan tremendo fue el ranazo y tan lenta la recuperación, que las sesiones de grabación para Presencia, que aparecería el 31 de marzo de 1976, tuvieron lugar con el Gardenias dulcemente sembrado en una silla de ruedas.

Para entonces los excesos de la banda eran la comidilla de los Fabiruchis y Origeles de aquella época, quienes los condimentaban con su buena dosis de chismes: que si viajábamos a nuestras giras en un avión privado, que si el Página compró la mansión de verano de la Paca y se estaba clavando en el oscurantismo, que si la voz del Gardenias estaba cambiando porque se había arreglado la dentadura o por el consumo de cocaína, que si yo, Juan Enrique Bonzo, nada más tiraba el dinero y la güeva poniéndome unas de albañil con mis cuadernos, etc., etc., etc. Lo cierto es que como pudimos produjimos una película (La Canción es la Misma) con grabaciones de un chou que dimos en el Blanquita, Neza York, en 1973, en las que intercalamos unas fantasías chaquetérrimas de cada uno de nosotros ---o al menos eso parecía, porque el Príncipe Valiente, muy en su papel, apareció para sorpresa de todos...¡Como Príncipe Valiente!

El son jarocho comenzaba a sucumbir bajo los ritmos punks provenientes de otras latitudes y la prensa llegó inclusive a catalogarnos como una "banda obsoleta". Tras volver a los escenarios en 1977, el amigo Gardenias fue visitado por la tragedia una vez más al morir su chilpayate de 7 años por culpa de unos tacos de achicalado que los irresponsables de sus jefes lo habían llevado a degustar en los alrededores del metro Martín Carrera. (N. de la R. Todos nuestros esfuerzos resultaron vanos al tratar de localizar este lugar en Orizaba. Suponemos que el sr. Bonzo debe estarse refiriendo a otra parte). Naturalmente, esto puso en duda la permanencia del Gardenias dentro del Pa'palote; sin embargo, fue posible ---aunque no fácil--- terminar un álbum más, 'ora sí el último, que vería la luz el glorioso 15 de agosto de 1979, día que siempre ha sido de buenos augurios y sin comparación en la historia del universo. El plato se llamó Entrando por la Puerta de Salida (o ¡Que Ganas de Estar Fregando!) y fue más doloroso de acabar que si a uno le extirparan una glándula gametogénica con tijeras de primaria: en ese momento, Santiago Página se había hecho adicto ---y no sólo adepto--- a la heroína, mientras que yo seguía tupiéndole hasta el éxtasis hepático al alcohol en todas sus manifestaciones. Como suele ocurrir en estos casos, el 25 de septiembre de 1980 y a causa de una inocente botellita de Merthiolate con la que buscaba curarme la cruda contraída después de una peda fantástica en casa del Sambriago, corrí la misma suerte que Jimi Hendrix, Bruce Lee o John Henry Bonham; es decir, me quedé dormido y me ahogé con mi propia guácara.

P.S.

El Pa'palote de Papel de Estaño se disolvió después de la muerte de Juan Enrique Bonzo; sin embargo, el contrato que tenían firmado con su disquera los obligaba a sacar otro disco. Los miembros restantes se negaron a grabar material nuevo sin Bonzo, por lo que ayudados de Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri, tomaron el llavero, abuelita, y enseñaron lo poco inédito que tenían en el ropero: Codo vio la luz en 1982, a pesar de que estaba integrado por rolas descartadas de los discos anteriores y una que otra versión en vivo. Fieles al principio que les impidió grabar algo nuevo, el Bobby Gardenias, Santiago Página y el Príncipe Valiente no volvieron a tocar juntos... O casi, el próximo 10 de diciembre ---después de 27 años en la congeladora--- está anunciada una presentación en el Centro Cívico de Tezonapa con Juan Enrique Bonzo Jr. en el tepo, las maracas, el djambé y la redoba. ¡El Pa'palote de Papel de Estaño remonta el vuelo una vez más! ¡Arriba el son jarocho! ¡Larga vida a Led Zeppelin!





jueves, 29 de noviembre de 2007

La última película de Mandoki.

1.Una tarea inusual.

Acabamos de regresar de la última película de Mandoki "Fraude 2006", que narra las aventuras (y desventuras) por las que atravesaron los protagonistas de la campaña presidencial del 2006 en México y que fuera calificada por muchos como la más reñida en la historia del país. Sin apelar a militancia alguna, ni compromisos morales de otra índole, la razón que nos llevó a la Chata (mi esposa Indra) y a mí al cine fue meramente académica: alguno de sus profesores del doctorado en historia, había decidido dejar esta actividad como tarea.

Debo decir que esperaba algo completamente distinto: el documental como género cinematográfico puede ser bastante ingrato, toda vez que carece, de entrada, de la mayoría de los elementos que pueden atraernos de una película y llevarnos a recomendarla. En este sentido los diálogos suelen ser pobres, la dirección de arte precaria, la fotografía usualmente deja mucho que desear y los actores... Bueno ¿cuáles actores? El documental visto dentro del séptimo arte comparte un destino muy similar al del periodismo dentro de la literatura: es como si el registro sin cortapisas de la realidad no encajara bien dentro de aquellas manifestaciones que tienden a exaltar el espíritu humano ---por ponerlo de algún modo---. Por si esto fuera poco, el documental político debe gozar de una peor reputación dentro del género, toda vez que las incursiones en la vida salvaje (primer tipo de documental que viene a mi mente) no despiertan en los espectadores apasionadas reacciones a favor de las hienas, los ciervos o del canguro tristemente devorado por los dingos, Skippy.

Bueno, escribía que esperaba algo completamente distinto. Independientemente de lo que pueda despertar, a favor o en contra, alguien como Andrés Manuel López Obrador, la última película de Mandoki tiene aciertos (y muchos) y no carece de fallas; sin embargo, entre los primeros me gustaría recalcar dos:

(1) Exhibe evidencia empírica verificable de que existieron prácticas fraudulentas durante los comicios para la Presidencia de la República en el 2006. Es importante resaltar que en ningún momento queda claro quién es el responsable de dichas prácticas; pero dado que los medios televisivos nunca optaron por aceptar la hipótesis del fraude como algo que podía haber ocurrido, la mayoría de los mexicanos se quedaron creyendo que los perredistas apelaban al discurso choteado y típico de los perdedores, que carecían de pruebas que respaldaran sus afirmaciones y que lo único que pretendían ---sirva esto para ejemplificar también qué desprestigiada se encuentra la izquierda mexicana a los ojos de la mayoría del electorado--- era confundir y desestabilizar la ya de por sí endeble tranquilidad postelectoral: "a río revuelto, ganancia de pescadores".

(2) Más importante que lo anterior es que "Fraude 2006" constituye una pizca de antídoto ante la inagotable amnesia histórica que azota a México desde sus orígenes. Y probablemente en este punto debemos agregar algo que a la Chata y a mí nos conmocionó bastante: esperábamos que la sala de cine estuviera a reventar de espectadores ávidos de conocer el punto de vista de una de las partes (la más afectada sin duda, ya que la derrota no hace caricias) y no llegamos a contar más de una docena de espectadores, la mayoría cortados de los patrones usuales: lectores de "la Jornada", estudiantes de humanidades, profesores del CCH, etc. ¿Es posible que antes de cumplirse un año de gobierno de Felipe Calderón nuestra memoria histórica sea ya inmune al carbono 14? Quiero decir ¿cómo puede esta sociedad pregonar la indiferencia como un valor antes que poner en riesgo su existencia mediocre? Porque innegablemente el movimiento de "resistencia pacífica" acaudillado por Andrés Manuel López Obrador se erosiona a cada segundo que pasa ---lo cual puede producirnos diversas reacciones, dependiendo de nuestra filiación partidista---; sin embargo, cerca de 44 millones de mexicanos creen que hubo fraude en las elecciones del 2006 (el dato aparece al final de la película de Mandoki) y sólo unos cuantos ---una docena al parecer--- están dispuestos a respaldar estar creencia con evidencia; lo cual me sugiere que la mediocridad no sólo está del lado de los conformistas, sino también del de los detractores.

2. Los sinsabores de la tarea.

Por otro lado, los sinsabores que me ha producido "Fraude 2006" no son imputables al cuerpo técnico encargado de realizar el filme ---el cual incluye vídeos caseros de algunos ciudadanos preocupados por la defensa de su voto y que integran de esta forma un collage fílmico interesante---; sino al principal síntoma que aqueja a la izquierda mexicana: la autocomplacencia aparejada con la falta de espíritu crítico. ¿Por qué no se menciona nada de los errores que cometió Andrés Manuel López Obrador durante su campaña? El negarse a aparecer en el debate televisivo ante una sociedad que él mismo sabe que está teledirigida, la soberbia mesiánica de afirmar "la campaña soy yo", el entrar en la guerra mediática cuando a todas luces era demasiado tarde. ¿Es lo suficientemente ingenuo para participar en el juego de "El Príncipe" (de N. Maquiavelo) con la moral de "El Principito" (de Antoine de Saint-Exupéry)? Tampoco me parece muy convincente la explicación de que el bloqueo del Paseo de la Reforma obedeció únicamente a razones que buscaban desfogar la rabia y la frustración de los militantes derrotados, cuando bien podían ---de acuerdo con lo que afirma uno de los colaboradores cercanos de Andrés Manuel López Obrador en la película de Mandoki--- haber paralizado a la Nación bloqueando carreteras y aeropuertos, por exactamente la misma cuota de desprestigio que recogieron al final de la maniobra. En este último caso, los resultados seguramente hubieran sido muy distintos.

3. Su moraleja jóvenes.

En fin, creo que me he extendido demasiado. ¿Qué futuro espera a las fuerzas políticas de este país? ¿Estaremos asistiendo al surgimiento de un nuevo "régimen hegemónico" (para ponerlo en palabras de Octavio Paz) similar al que gobernó este país por 70 años? Espero que vengan muchas más películas como las de Mandoki ---con sus aciertos y errores--- que cuenten todos los puntos de vista, que los mexicanos adquieran conciencia de lo que significa defender su voto y que se acabe la indiferencia desmemoriada que nos caracteriza. Probablemente esto ocurra cuando sepamos bien a bien el significado de lo que se dice por ahí: "los pueblos tienen los gobiernos que merecen".