jueves, 25 de septiembre de 2008

El vate popular ataca...

Una de las más arraigadas tradiciones de esta muy noble y leal, reside en lo que autores de diversas tallas han dicho a propósito de lo que ocupa y preocupa a sus rehenes, otrora habitantes; sin embargo, si creemos en la sentencia inapelable que a más de cuatro siglo de distancia dictó Hernán González de Eslava a propósito de que en la Nueva España había más poetas que estiércol, entonces resulta un poco más comprensible que la mayor parte de los escritos referidos haya sido entregada a la imprenta ---cuando efectivamente así ocurrió y no quedaron volando en medio del pregón y la arenga--- por autores anónimos de los que no se guarda memoria.

Los siguientes versos estaban siendo repartidos de manera gratuita a la salida del metro Bellas Artes en llamativas hojas de colores y, como cabría esperar, ni sus luces del autor.
[***]
Todo marcha bocarriba,
nada parece lo que es:
punto fijo la barriga,
la cabeza entre los pies.
[***]
Pero Los Pinos, en cambio,
ejemplo de otra nación:
comer y dormir...
---¿Y el precio!
---¡Sólo una higa a Calderón!
[***]
País teñido de verde
de Chetumal a Ensenada:
---¿y los derechos humanos?
---¡Quieren todo sin dar nada!
[***]
Pero del grito en Morelia
¡bueno estuvo el reventón!
Nadie dice nada...
---¿Y el precio?
---¡Sólo una higa a Calderón!
[***]
Más para quien tiene más,
ni hablar del que tiene menos:
---¿Y los que no tienen nada?
---Ni se escuchan, ni los vemos.
[***]
Pero de Wal-Mar' y Telmex
que ven sólo el bien de nos,
nadie dice nada...
---¿Y el precio?
---¡Sólo una higa a Calderón!
[***]
¿La salud? No digas, que hay IMSS
desde que la vida empieza:
---Pero si no hay ni curitas...
---Ya no queremos pobreza.
[***]
Ni inditos, ni "probes". Nada
de marchas o rebelión.
¡Ese México queremos!
---¡Pus va su higa a Calderón!

martes, 23 de septiembre de 2008

El infalible manco hacedor de esquites (o la historia de Albino García según el Fran').

A mi hermano Bob, por su cumpleaños.
1. Los orígenes.

---¡Huuuuuy! Mucho se ha dicho o escreto sobre adónde nació el Manco García y cuándo, pero la verdá es que ya ni él mismo se acuerda. Cantidá de hombres han venido y perguntado y él sólo refunfuña aquello de ¡y dale con el mismo cantar! Así que si Vd. también quiere saber de eso, lo mejor sería darle la vuelta y no soltársela así nomás, a quemarropa. Mejor deeespaaacito: recuerde que en el pedir estar el dar.

Eso sí, lo que sí puedo adelantarle con toda seguridá es que el Manco es de Salamanca, Guanajuato; de una época anterior a que instalaran la pinche refinería esa que ni figura en "Caminos..." de José Alfredo y nomás le dio en la madre al paisaje, llenando de esmog el ambiente... Sí, sí, él es de allá. De Cerro Blanco para ser precisos y eso sí, con todo respeto del Manco ---porque salió bravo el cabrón, ora sí que lo hicieron más cabrón que bonito y hay que tener cuidado con lo que dice uno de él---, le decía que el Manco es indito puro. Sí como serían Benito Juárez y Porfirio Díaz e Ignacio Manuel Altamirano que aunque llegaron después que él, a todos los sobrevivió. ¡Vaya Vd. a saber que le daban de mamar de chamaco para que orita esté tan bien conservado! Pero de veras que ni se le notan los años... Está arrugado y achacoso, pero eso ha de ser más de segurito por el estilo de vida que llevó.

Pus él cuenta que desde chico le gustaban los caballos y que de ahí fue que logró hacerse caporal de una de las haciendas que en aquel entonces abundaban en Valle de Santiago ---creo que de Quiriceo---. También es un hecho que de aquellos días fue el accidente que le dejó chorido el brazo izquierdo, de donde salió eso de llamarlo el Manco. Al principio le cagaba, pero la combinación "el Manco García" creo que acabó por gustarle por como sonaba. Y de lo otro, aunque habilidoso y lo que Vd. quiera para los caballos, pus ya sabe ¿no? A quien monta caballo bayo, o se le juye la mujer o lo mata un rayo.
Pero lo mero güeno empieza hasta después del grito.


2. ¡Aguas con el Manco García!

Después de que el cura Hidalgo diera el grito en Dolores el 16 de setiembre ---por cierto ¿sabía que el muy jijo de Hernán Colón le echó unos cuantos vivas al rey, Fernando VII, pa'no quedar tan mal con los inditos?---; pero le decía que Dn. Miguel pasó por Salamanca a finales de setiembre ---por ahí del 23 y el 24 ¿o fue el 25?--- y causó una honda impresión en el Manco. ¡Imagínese Vd! Si después de casi trescientos años que los gachupas tenían de domesticar a los inditos y les enseñaron que lo que decían los curas en el púlpito o fuera de él era ley ¿cómo no iba a abrazar la causa el Manco? ¿Cómo no le iba a guiñar el ojo el tuerto? ¿Cómo? Parece albur ¿a poco no? Lo cierto es que Dn. Miguel siguió de largo pa' Guanajuato y su cita histórica con el Pípila, pero Albino García, el Manco, acababa de recibir un aliento vital que lo acompañaría hasta nuestros mismísimos días.

De ahí pa'l real: el Manco se convirtió en el guerrillero más temido del Bajío y sus desmanes fueron pronto conocidos por el ejército español. Después de echarse casi un año entre que le agarraba la cosa a eso de la guerrilla y dizque se hacía pendejo pa'no hacerle sombra al cura Hidalgo, el 31 de agosto del año siguiente al del grito, el Manco tomó la Villa de [Sn. Juan de los] Lagos, Jalisco... Bueno, Nueva Galicia por aquellos ayeres y dicen que hasta estuvo a punto de tomar León; pero pa'que vea, lo que sí no tuvo madre fue querer repetir la hazaña de Dn. Miguel de tomar Guanajuato al año de efectuada ésta. Sí, si hasta el cabrón del Manco quería mamonear y usar el mismito lugar donde ultimara los detalles de su toma el cura, es decir, la Hacienda de Burras. ¡Claro! Los españoles no eran ningunos pendejos y corrieron a reforzar Guanajuato ---hasta se ufanaban de sus precauciones para que no se repitiera la incendiaria hazaña del Pípila---, por lo que el Albino se tuvo que aguantar hasta el 26 de noviembre de ese año para entrar a la tierra donde se dan las momias y las charamuscas ---¡y donde ya pendían la cabeza de Hidalgo y sus secuaces!---, encontrando que la solución brillantísima ideada por los peninsulares consistía en prescindir de toda puerta de acceso a la alhóndiga de Granaditas.

3. El fin que no es el fin.

Las acciones del Manco abarcaron también Aguascalientes y Michoacán, pero los realistas ---¿o fueron los Zetas?--- le impidieron hacerse de Valladolid (hoy, Mugrelia). Cuando el cura que nos lo había echado a andar por los caminos de la insurgencia tenía casi nueve meses de jusilado, el Manco flaqueó y acabó perdiéndose por su estómago: a punto de aniquilar a las tropas del brigadier Diego García Conde en Irapuato, un zurrón repleto de fresas ---de esas de interior rojísimo y feas, que no son maduradas artificialmente y sí son ríquisimas--- fue lo único que evitó la zurra que ya se abatía sobre las realistas nalgas de Dn. Diego. Sin embargo, para la convalecencia ineludible que siguió en la lógica de no desinfectar las fresas que se había zampado, el Manco prefirió permanecer en Valle de Santiago y que fue hasta donde García Conde y Agustín de Iturb[id]e, el Pirulí, le llevaron su medecina.

El resto es un merequetengue y asegún quien le cuente las cosas, será lo que le cuenten: unos dicen que el Manco fue pasado por las armas en Celaya el 8 de junio de 1812, descuartizado y remitido en partes a Irapuato ---la mano buena--- y al cerro de Sn. Miguel en Guanajuato capital ---la mano chorida--- pa'escarmiento de la indiada toda que ya soñaba con seguir sus pasos. Dicen que su cabeza quedó en Celaya y que fue el arquiteito oriundo del lugar, Francisco Eduardo Tresguerras, quien se encargó de armar el rompecabezas humano una vez consumada ---y consumida--- la independencia. Los supuestos restos del Manco reposaban en el osario de la catedral de Celaya y digo ---aban, ya que si se cree Vd. hasta aquí esta historia, lo invito a que se dé una vuelta por allá un día y le pregunte a los celayenses: y ora ¿adónde están..?

Pero si quiere saber la verdá, Albino el Manco García sigue ---como le decía en un principio--- aquí entre nosotros: ni lo agarraron los realistas, ni lo afusilaron en Celaya, ni se lo chingaron difunto. Vive aquí cerquita. Sí, en serio. Vive en un cuartito de servicio en un edificio de departamentos todo amolado allí, sobre Coruña. Todos los días, alrededor de las ocho de la noche, sale con un huacal, un anafre y una olla a vender esquites en la esquina de Coruña y esta otra calle... ¿Cómo se llama? ¡Chintetes, me falla la memoria..! Pero orita le digo... ¿Cómo era? Es Coruña esquina con, con... No, no es José María Correa, ni Eguiara y Eguren, es la de en medio ¿cuál era..? Bueno, si no me acuerdo con esas indicaciones no puede Vd. errarle. Vaya y platique con él, le va a dar gusto saber que alguien se interesa por su historia... Nomás no la riegue con lo de su lugar y fecha de nacimiento porque eso sí lo enchila... Sí, dígale que lo que mandó aquí el Güero que cuida los carros... Va a ver Vd. que es a toda madre el Manco... Sí, Albino García Ramos.