martes, 11 de diciembre de 2007

Miscelánea con pilón: de sir Paul McCartney al amigo E. Clapton.

1. Caras vemos, escalas de valores no sabemos.
Mi primer contacto con el mundo esta mañana fue escuchar los comentarios a propósito del concierto de Led Zeppelin en Londres; sin embargo, en esta nota no figuran para nada los ingleses de dicha agrupación, ni sus obras o su impacto en la cultura básica del hombre occidental.
Debo iniciar, empero, señalando a uno de los asistentes a este evento como arquetipo de un fenómeno con el que nos hemos topado la Chata y yo en los últimos días: sir Paul McCartney. Así, sin más ni más, se funden en tres palabras el arquetipo y el fenómeno (aunque ¡claro!, para algunos no será del todo claro cual es cuál) y con aquello no quiero decir que el ex-Beatle ronde últimamente las inmediaciones de la Viaducto-Piedad para degustar los tacos de pastor (¿inglés, alemán?) de "El Tlaquepaque", sino que podríamos sustituir al sr. McCartney por Mick Jagger o Eric Clapton en el contexto exacto de lo que a continuación quiero escribir.
En ciertos círculos es un hecho conocido cómo sir Paul se indignó hasta el paroxismo al llegar a sus manos un estudio con fotografías "eróticas" que su segunda esposa, Heather Mills, hizo en cierta etapa de su vida. La indignación del bajista alcanzó límites rayanos con lo absurdo y, como ocurre generalmente en estos casos, la más afectada fue la hija de ambos, Beatrice (pero no la única: miles de fanáticos vieron peligrar la gira del músico por los EEUU), mientras que los únicos beneficiados fueron los tabloides ---que abundan en el Reino Unido---, los cuales cabecearon 'Can't buy me divorce', en divertida alusión a una de las rolas que escribiera sir Paul para los cuatro fantásticos, haciendo su agosto con la rebatiña de la atención pública que cada uno de los involucrados quería echar sobre sí.

¿Se olvidó ya sir Paul que estuvo en la cárcel 9 días, por posesión de mariguana, durante la gira que en 1980 llevara a los Wings a Japón? En aquella ocasión McCartney se quedó a milímetros de ser juzgado por narcotráfico y pasar la friolera de siete años picando piedra en la tierra del sol naciente. ¿Un incidente aislado en el que sir Paul fue víctima de algún cábula oriental? ¡En lo absoluto! En una entrevista que diera sir Paul en 2004 ---citada en la columna del 23.01.2006 del thisislondon.co.uk---, éste confesó que las drogas habían moldeado mucha música de los Beatles (no shit, Sherlock) incluyendo "Got to get you into my life" y "Day Tripper" las que en realidad versaban sobre la mariguana y el LSD, respectivamente.
Lo que de veras da en el blanco es la declaración de sir Paul reconociendo haber probado la cocaína y la heroína cuando los Beatles se encontraban en el pináculo de su carrera.

¿Son estos los notables elegidos por la Reina por sus contribuciones al legado de la pérfida Albión sobre la Tierra?
2. El inmaculado sr. Clapton
Probablemente a estas alturas de la nota alguien se preguntará ¿qué tiene que ver Eric Clapton en todo esto?

Es de todos sabido que "Manolenta" le bajó la mujer al amigo (Pattie Boyd era mujer de George Harrison), que el rechazo de ésta sumió a Clapton en una relación de muchos años con la heroína (él mismo se lo cuenta al amanuense encargado de su biografía) y lo llevó a aceptar como 'premio de consolación' a su hermana Paula Boyd; aunque sólo fue por un tiempo: Eric y Pattie terminaron himeneándose a mediados de los setenta. Por otro lado, la relación de Clapton con las drogas pesadas fue más duradera y fructífera: "Layla" y "Bell Bottom Blues" son los mejores ejemplos de ello.

(A este respecto, las relaciones sostenidas por la Boyd no han sido muy fructíferas que digamos, toda vez que ella es estéril ¿se imaginan un dúo integrado por los junior, Eric Clapton y George Harrison, ambos hijos de la Pattie?)

Lo que no es muy sabido es que el divorcio entre Eric y Pattie en 1989, ocurrió por la infidelidad de aquél con la modelicious italiana Lori del Santo. Para no dejar ningún cabo suelto, ésta es la madre de Conor Clapton, quien al hacerse caca contra el pavimento ---el niño de tan sólo cinco años de edad se cayó desde el piso 53--- le dio un buen pretexto a su padre para reactivar su carrera musical al escribir "Tears in Heaven".

Aquel que ha llegado hasta aquí tendrá más o menos una idea de cómo ha llevado su vida el sr. Clapton. Para redondear los contornos, bástenos con citar los grafitos aparecidos primero en Londres y luego en otras partes del mundo con respecto a los méritos técnicos y la sensibilidad bluesera de éste con una guitarra: "Clapton es Dios".
¿Y dónde entra sir Paul en esta otra historia?
Sencillamente en que ambos parecen haber perdido la memoria: el fin de semana pasado, canal once transmitió dentro de un ciclo que revisa las vidas de algunos de los exponentes más destacados en la historia del rock, un documental sobre la vida de Eric Clapton en el que, salvo el dramático fin de la vida de Conor, nada de lo hasta aquí descrito fue mencionado. Esto contrastaba drásticamente con el episodio anterior de la serie, en el que se habían comentado los aspectos más escabrosos de la vida artística de los Rolling Stones y cómo repercutieron aquellos en la obra de estos (en particular, el aborto que sufrió Marianne Faithfull, pareja de Mick Jagger durante los sesenta y el episodio en que Keith Richards le dio baje con la chava, Anita, al finado Brian Jones). Más aún, "Manolenta" declaró en la transmisión que nunca había utilizado drogas intravenosas ---¿se tomaría la heroína a cucharadas?---; de modo que lo que les quedó a algunos (mi esposa, por ejemplo, no estaba muy familiarizada con los aspectos generales de la vida del otrora guitarrista de Cream) fue la impresión de un hombre huraño cuya única vocación era perfeccionar su estilo, imitando las (pocas) grabaciones conocidas del rey del blues, Robert Johnson.
(Por cierto, la versión de 14 de los clásicos del delta del Mississippi que hiciera Clapton para "Me and Mr. Johnson" (2004) es poco más que una mierda: hay que aferrarse desesperadamente a la crudeza y naturalidad de las primitivamente producidas originales).
Al parecer el sr. Clapton ha decidido no sólo conformarse con ser Dios, sino que aspira a ser considerado por la posteridad como impoluto y libre de toda mácula. Lo más dramático es que, quizás, él lo cree.
3. El pilón.
Cuando Mick Jagger aceptó ser MBE (miembro del imperio británico por sus siglas en inglés) en 2003, se le preguntó cómo era posible que él, alguna vez representante de la más radical inconformidad y la contracultura, hubiera sucumbido finalmente a los encantos del establishment. ---El establishment que imperaba en Inglaterra en aquellos años ya no existe--- contestó. ¿Qué tal?

3 comentarios:

el charo dijo...

Yo me pregunto si el MBE viene acompañado de algún acostón con la reina o si trae un chequecín incluido...

Por otro lado, yo pensé que era costumbre campesina de la reina —no sé porqué siempre asocio a Inglaterra con reinas y no con reyes— dar tan singular reconocimiento a gente de semejante calaña (antes fueron los piratas que los roqueros psicotrópicos).

Unknown dijo...

Hola mi corazón, te escribo para decirte que te amo, no te pongas celosito, también leo y escribo en tu blog. Muchos besos y apapapachos (mmmmmmm) de tu chata loca, jejejejeje.

Enigma dijo...

Y yo sobre cuando leeremos algo mas.

Saludos Frank

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra