lunes, 24 de noviembre de 2008

Y tú ¿quieres a Carlos? (o fábula del peregrino en su patria).

Sólo lo fugitivo permanece: mi impresión del homenaje a CarlosFuentes en el Auditorio Nacional.

"Sólo lo fugitivo permanece y dura."

Fco. de Quevedo y Villegas (evocado esta noche por Carlos Fuentes).

A la salida del (metro) Auditorio, en esa franja flébil que divide el fasto popular de la primera sección de Chapultepec con sus tortas de queso de puerco que, en los días previos al advenimiento de los nuevos pesos, solían cotizarse en la friolera de tres por mil y con sus tradicionales idas de pinta a remar; la mnemotecnia rencorosa que anida en Molino del Rey y, finalmente, el deseo, nunca del todo satisfecho al ras exigente e implacable de sus propias expectativas, de una zona reservada al grande ornato, la pompa y el lujo extraordinarios que pudiera evocar por sí sola la palabra Polanco: símbolos intemporales (los tres) de las debilidades características de nuestro espíritu mestizo e inclinado naturalmente a la dominación; decidimos ---la Esposita, mi Cuña'a y yo--- asentar las palabras de CarlosFuentescumpleochentaaños con unas guajolotas, unos esquites o, ya de perdis, unos minipanes.

---Oye güey ¿por qué obra le dieron el Nóbel a Fuentes'n? ---Preguntó un adolescente ceñido por unos jeans entubados, fleco andrógino, zapatos de lona y una cazadora que parecía acompañarle desde su niñez, a otro joven, uniformado de manera no muy disímbola.

---¡No te cagues, güey! ---Respondió categórico el interpelado ---a Carlos Fuentes le dieron el Nóbel por trayectoria... Si serás pendejo, güey.

1 comentario:

Alegría Bulliciosa dijo...

jajajajaja, eso estuvo muy bueno veldá? jejejejeje