lunes, 25 de agosto de 2008

Responso.

Para despedirme de RBK.


Arañada por la sal y los sargazos,
hendida por el coral que creció en tu espalda
y amenazó tu respiración de incienso,
tu sonrisa inacabada
y tus ojos,
que en su interior soñaban con ser dos amatistas,

tu piel
se estremecía con la convicción irrenunciable del incendio,
con su pulso imperceptible de relámpago
y su lenguaje
de infamia y de ceniza:
porque morir
como un puñado de sangre que desvanece el sol
era lo único
que podía ofrecer la vida a tu pensamiento delirante

que alguna vez abrigó jazmines y soñó palomas.

No así tu cama de hospital
donde rendiste la vida
como una moneda de denominación inútil;
tampoco la soledad de témpano
en que flotaba tu mirada
como un desecho no reciclable.
No,
no dejaste que la vida escatimara tu sed ferina
de vacío,
de olvido,
de silencio
ni un instante.


Y tu conciencia se deslió como una brizna de humo entre tinieblas.

2 comentarios:

quique ruiz dijo...

¿Se murió de cáncer en el pulmón o de las consecuencias de una fibrodisplasia osificante progresiva? (Ya me sentí House tratando de diagnosticar).

Alegría Bulliciosa dijo...

Hola corazón, es lo más tierno y amoroso que he leído, está my bonito.
Besos.